Te ofrecemos algunos consejos prácticos que te ayudarán a seducir al cliente más exigente.
El local.
Como en todos los negocios, el primer paso consistirá en la elección de un local adecuado a tu actividad, en este caso la de tienda de vinos. El local ideal para una tienda de vinos es un local con fachada estrecha y mucha profundidad.
Aunque parezca contraproducente, las vinotecas no necesitan de un gran escaparate. El vino no se vende mejor porque esté expuesto en la fachada del local, es más, expuesto a la luz y a los cambios de temperatura, el vino se deteriora. Bastará con una mínima exposición en el escaparate, con más tematización que producto, para indicar al comprador el tipo de local al que está a punto de acceder. La profundidad del espacio contribuirá a hacer posible una amplia exposición lineal, dividida por secciones claramente diferenciadas. En un local cuadrado es mucho más complicado dividir la exposición en secciones, porque los metros de pared de los que disponemos son menores. En un local alargado hay más paredes donde exponer, más metros lineales de exposición, y por lo tanto más espacio, aunque la superficie del local sea la misma.
El mobiliario.
El mobiliario de exposición de una vinoteca, debe ser, ante todo, respetuoso con el producto. Me explico: las botellas de vino no deben almacenarse en posición vertical, sino horizontal, de modo a que el corcho esté siempre húmedo. Además, deberá procurarse que las botellas se vean, pero no se toquen demasiado. Por último, el mueble deberá procurar que el vino no se exponga demasiado ni a la luz ni a los cambios de temperatura.
Así, el expositor perfecto para vinos es aquel en el que la botella se encuentra tumbada, con la etiqueta mirando hacia el cliente, claro está. Se procurará que el material del que están hechas las estanterías sea lo más aislante posible, para que no transmita los cambios de temperatura a las botellas. Será preferible por lo tanto, la madera al metal. Por último, se procurará que solo la primera botella del lineal quede expuesta a la luz, protegiendo las demás en la medida de lo posible.
Las góndolas de exposición seguirán el mismo principio. Botellas tumbadas o inclinadas, no verticales. Protección del producto, sin dejar de exponerlo. Maderas antes que metales.
La iluminación.
Cuando planifiquemos la iluminación de nuestro local, deberemos diferenciar entre tres zonas.
- La zona de exposición, deberá iluminarse de forma tenue, sin excesos, protegiendo las propiedades del vino. Además, utilizaremos un tipo de iluminación que no caliente en exceso el ambiente. Serán preferibles los leds y las lámparas de fluorescencia compacta a los halogenuros metálicos o los halógenos.
- La zona de caja e información deberá iluminarse algo más, y emplearemos esta vez luz más cálida, de acuerdo con al estética del resto del negocio. Podremos utilizar, por ejemplo, proyectores para lámpara QR-111 o halógenos tradicionales de bajo consumo.
- La zona de catas, de existir, deberá iluminarse con aparatos de excelente reproducción cromática, es decir, con un tipo de iluminación que no cambie el color original del vino. Si empleamos, por ejemplo, luminarias fluorescentes tradicionales, el vino parecerá más azulado. Así, debemos emplear iluminación halógena, de cualquier tipo (dicroicas, lámparas PAR, etc…), o cualquier otra con una reproducción cromática por encima de 95.
Degustación, ¿Si o No?.JPG)
Por principio, desde luego que SI deberíamos plantearnos la posibilidad de que nuestro cliente pueda degustar in-situ el vino que le ofrecemos, e incluso que nuestro negocio pueda ofrecerlo por copas, aunque no sean más que algunas referencias.
Pero no es tan fácil. Vender vino por copas, y hacerlo legalmente, implica disponer de una licencia de hostelería, es decir, de bar, cafetería o restaurante. En una tienda de vinos no se puede, en la mayoría de los municipios, consumir vino en el propio local si se ha solicitado solamente una licencia de tienda.
Así pues, deberá tomarse una determinación: ¿conviene más solicitar una licencia de tienda de vinos con degustación (es básicamente una licencia de bar), y llevar a cabo en el local todas aquellas reformas que este tipo de licencias implican (aseos de público adaptados, vestíbulo de independencia, cuarto de basuras, etc…) o nos conviene más utilizar todo nuestro espacio de tienda para vender vino, y no perder metros en usos que para una tienda no serían obligatorios? Cada cual deberá decidir, según las dimensiones del local, la zona en la que quiera habilitar el negocio y el presupuesto disponible.
Carlos Rubio Orea. Interiorista en Estudio CeroEspacio y director de Insenia Design School Madrid.
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