La silla modelo MR90, más conocida como la silla Barcelona, diseñada por Mies Van Der Rohe, es na silla a base de piel y perfil metálico que se convirtió en un icono del diseño moderno y actualmente se sigue produciendo y comercializando.
A Mies van der Rohe se le encargó el diseño del Pabellón Alemán para la Exposición Universal de Barcelona en 1929, para el que también diseñó dos sillas (silla Barcelona) para los reyes de España. Mies tuvo mucho éxito con el diseño de este edificio moderno y con los materiales usados, pero también con las piezas de mobiliario que diseñó que fueron usadas en el pabellón. Mies van der Rohe citó que «la silla es un objeto muy difícil, hay infinitas posibilidades y muchos problemas; la silla tiene que ser ligera, fuerte y cómoda. Casi es más fácil construir un rascacielos que una silla».
La primera silla diseñada, para el Pabellón Alemán, fue de color marfil que era el color que más se adecuaba a los materiales y a luz del edificio, creando una gran armonía. En cuanto a la forma, se puede deducir que su inspiración vino de las sillas plegables del antiguo Egipto (símbolos de poder) o de la silla curulis. Mies creó la silla de Barcelona a modo de trono moderno.
La silla Barcelona pertenece al Racionalismo ya que cumplía con algunos de los principios fundamentales: firmeza y funcionalidad. Presenta una belleza impecable, aunque el racionalismo no buscaba la belleza sino la utilidad, la sencillez y la fácil producción; es un objeto sin adornos donde su característica dominante es la pureza y la honestidad. Es una estructura pura que representa la unión entre forma y función. Su aspecto y su forma invitan a sentarse, la forma sigue a la función, principio del racionalismo. La unión del bastidor estructural y de los amortiguadores del asiento como componentes separados, y el uso de los materiales tradicionales y modernos se ajustan al propósito funcional del estilo internacional.
El proceso de ejecución es complejo, hecho que encarece el precio, las piezas de acero bruto pasan por la máquina de lijado y luego se pulen para obtener el efecto espejo característico de esta silla, se desengrasa en un baño de ácido y se procede a un lavabo en agua caliente. Posteriormente, se sumerge en diversos baños de galvanización y se aplica una capa de cobre mate, una de níquel y una de cromado. Además, el tapizado de cuera está hecho con 126 piezas individuales de piel que se cortan a mano, y los botones de la tapicería son cortados y cosidos a mano uno a uno.
Mies rediseñó la silla original en 1950 con el fin de usar acero inoxidable gracias al avance tecnológico que hubo en ese momento. La decisión de construir el marco de la silla en acero inoxidable significaba que el marco podría hacerse a partir de una sola pieza de metal, y así se podía producir en masa para que pudiera ser accesible para todas las clases sociales, pero eso nunca sucedió ya que la silla Barcelona es costosa y difícil de producir en masa.
Las medidas de la silla son 75cm de ancho x 76 cm de profundidad x 76,8cm de altura, aunque la mayoría de sitios comerciales indican que las medidas son de 75 x 75 x 75 cm. En la actualidad, la silla Barcelona es una de las piezas de mobiliario con más copias alrededor del mundo, a continuación se nombran las diferencias que se pueden encontrar en la original y su copia:
– La altura del cojín del respaldo es más elevado en la copia, ya que en la silla original el cojín queda alineado con la estructura del respaldo.
– El cojín del diseño original se adapta a la curva de la estructura metálica de la silla, y además el cojín se encuentra alineado con el cojín del asiento, éste se encuentra sujeto a la estructura con las tiras de piel ocultas evitando que se mueva a la hora de sentarse. Por otro lado, el asiento de la copia va unido con unas tiras rematadas con hebillas.
– Se puede observar también diferencias con la calidad de la piel y la elaboración del tapizado de los cojines, ya que la silla original presenta unos detalles mucho más elegantes y cuidados.
– La silla original tiene que presentar uno de los grabados de la casa Knoll, en una de las patas de la silla hay grabado la firma del arquitecto y diseñador Mies. Y además en la parte inferior del asiento viene grabado en la tela el logotipo de Knoll.
Actualmente, esta pieza de mobiliario sigue siendo muy popular y sigue siendo fabricada (igual que la otomana que también fue fabricada para la Exposición Universal de Barcelona de 1929 y la mesa auxiliar a juego), bajo la licencia comprada por Knoll a Mies en 1953. Knoll realizó la primera réplica de las sillas de Barcelona de color marfil del Pabellón Alemán para el Museo de Arte Moderno (MOMA).
Hay imitaciones más económicas aunque las sillas originales llevan la firma de Mies van der Rohe y el logotipo de Knoll. Además, las imitaciones no pueden llevar tampoco el nombre de Barcelona. La única reproducción original es la de Knoll y está disponible en 5 colores: negro, blanco, rojo, azul y café. Knoll presenta dos precios distintos para las sillas según el tipo de cuero; $7.372 en las sillas Sabrina Leather y $5592 en las sillas Volo Leather. Para las copias no hay un precio determinado sino que depende de la casa comercial y sus características. El precio puede oscilar de entre 200€ hasta llegar al precio de la silla original que comercializa Knoll.
Elena Calvo Contijoch, alumna de IMADDE Insenia Design School Madrid.
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