Lo primero que debemos tener en cuenta cuando hablamos de suelos de madera es conocer las distintas opciones que tenemos en el mercado y cuál es la diferencia entre cada uno de los sistemas de colocación y los materiales que podemos utilizar.
Cuando en un proyecto pensamos en suelos de madera, en cuanto al sistema de instalación hablamos de tarima con rastreles, parquet encolado y tarima flotante y en cuanto a los materiales que utilizamos en dichas instalaciones hablamos de maderas macizas, laminadas o laminados sintéticos. Desgranemos todos y cada uno de los sistemas de colocación y los materiales que podemos utilizar.
Los materiales.
Si el suelo que utilizamos para la instalación, es en todo su grosor de madera natural y de igual calidad (madera noble), hablaremos de madera maciza, la cual nos da la posibilidad de poder acuchillar tantas veces como queramos hasta que tengamos material suficiente para que nuestro suelo no se rompa.
Foto de woodconcept.
Normalmente para abaratar costes se utiliza madera laminada. En estos casos también utilizamos madera natural en el conjunto de nuestro suelo, pero el alma de estas piezas es de una madera más barata, y la capa superficial, con un grosor mínimo de aproximadamente 2.5 mm, será de una madera noble, que nos da la terminación final de textura y color deseada y la posibilidad de proceder a un acuchillado en las piezas.
Tanto a las maderas macizas como a las laminadas se les aplicarán un proceso de barnizado el cual puede ser ‘in situ’ o venir ya aplicado en las distintas piezas desde fábrica.
Actualmente se comercializan laminados sintéticos, más económicos y con una composición diferente a las anteriores. Coloquialmente se habla de suelo de madera, pero hay que tener en cuenta que no lo es por su composición.
Estos suelos están formados por láminas de distintos materiales, el alma de las piezas está fabricada en fibras de alta densidad que le dan estabilidad a las piezas, una impresión fotográfica de gran calidad de madera real y las láminas finales que le proporcionan resistencia al desgaste y textura. Estos suelos no permiten ser lijados ni barnizados.
Foto de Parquet Peña.
Los sistemas de colocación.
El material utilizado para las tarimas con rastreles es madera maciza o laminada. Estas piezas se anclan, normalmente clavadas, a un rastrelado que se realiza en toda la superficie que vamos a instalar, por tanto estas piezas no están en contacto directo con el suelo. Este tipo de instalación está ya en desuso con los nuevos sistemas de colocación que hay en el mercado.
Foto de Parquets Gijón.
El parquet encolado es un suelo instalado sobre una base perfectamente nivelada, en la cual se pegan todas las tablas, normalmente de dimensiones más pequeñas, que nos dan la posibilidad de distintos diseños en su colocación, pudiendo ser de madera maciza o madera laminada. Después de su encolado, hay que realizar un proceso de acuchillado para igualar todas las piezas, y así no tener ninguna junta y por último proceder al barnizado de toda la superficie.
Foto de Parquets Gijón.
Si no utilizamos adhesivos para la colocación de las piezas podríamos denominarlo como parquet flotante o tarima flotante utilizando piezas de mayores dimensiones (tabla o tablón).
La tarima flotante se suele emplear cuando hablamos de suelo de laminados sintéticos (aunque también podemos realizarlo en suelos de madera como hemos comentado anteriormente) . Realmente el término tarima sería más adecuado para suelos de madera y no para laminados sintéticos, lo que puede llevar a confusión en cuanto a la instalación y materiales utilizados.
Estos suelos se instalan sin ningún tipo de adhesivo entre piezas, normalmente llevan un sistema de anclaje entre ellos, machihembrado, actualmente es un sistema muy rápido y cómodo ya que las piezas se anclan con un solo ‘clic’ quedando perfectamente unidas.
Foto de Obi.
En cuanto a la preparación del suelo, tiene que estar nivelado. Se coloca una lámina de foam para tener un aislamiento termo-acústico. Se puede colocar encima de los suelos existentes siempre y cuando estén en perfecto estado. Al ser un laminado sintético recordar que no lleva ningún proceso de acuchillado ni barnizado. El suelo no llegará a los límites de la estancia, dejando una junta de dilatación y quedando así ‘flotando’ en toda la superficie, y esa junta será oculta con el rodapié perimetral.
Los suelos de madera tanto colocados como una tarima con rastreles, o un parquet encolado o flotante, tienen la belleza de la madera natural, cada pieza es única ya que es parte de la naturaleza, pero tienen la desventaja de ser más delicados en cuanto a rayados y desgastes, los cuales podemos solucionar mediante acuchillados recuperando su aspecto original y un mantenimiento más cuidadoso, además de unos costes mayores en presupuesto.
Los suelos de laminados sintéticos tienen un coste menor, son menos delicados al estar elaborados con materiales sintéticos y apenas requieren mantenimiento. Según las características de acabados del material tenemos en el mercado distintas calidades y precios en cuanto a los colores, texturas y apariencias.
Óscar Calderero Riendas
Graduado Superior en Arquitectura de interiores. Desarrolla su actividad laboral como interiorista con más de 15 años de experiencia compaginando el trabajo en estudios de interiorismo, tiendas de mobiliario y su propio estudio, idoc interiorismo y diseño, realizando proyectos de interiorismo y diseño gráfico, además de ejercer como profesor de proyectos y construcción en Insenia Design School Madrid.
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