En un principio se denominó Silla Hardoy , debido a que fue presentada como una idea de Ferrari-Hardoy, uno de sus autores aunque hoy en día en algunos círculos de diseño se le sigue llamando así. Su nombre pasó a ser Silla BKF por las siglas de los tres arquitectos que la diseñaron (Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy) aunque popularmente es conocida como Mariposa o Butterfly por su morfología.
Una vez finalizada la carrera de arquitectura, en 1936, Antonio Bonet viajó a París para iniciar su colaboración con el estudio de Le Corbusier. Los argentinos Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy se encontraron con Bonet en este mismo estudio. Los tres dejaron París y se instalaron en Argentina, donde fundaron el Grupo Austral. A pesar de su empeño en transmitir por todo Sudamérica el mensaje de la arquitectura moderna, su creación más reconocida fue la silla Butterfly o BKF.
La pieza fue diseñada para un edificio de Buenos Aires, proyectado por los tres arquitectos a finales de los años 30. Una silla que consistía en una estructura de hierro y un forro de cuero colgado. El cuero le fue encargado a un talabartero de la firma Rossi Carusso, firma que fabricaba las monturas a los polistas del momento. El artesano, de apellido Cuatrini, tenía su taller en Castelar (Buenos Aires) y allí no sólo resolvió otros modelos de Bonet, sino que también hizo el prototipo del Safari de Amancio Williams y los BKF que se enviaron a Nueva York.
La silla estuvo expuesta en Harrods y fue presentada en el tercer Salón de Artistas Decoradores de Buenos Aires de 1943 con el nombre oficial de BKF aunque el grupo envió una nota a los organizadores indicando que la pieza era obra de Ferrari-Hardoy (de ahí que algunos entendidos la llamen también silla Hardoy). En ese Salón obtuvieron el primer premio y surgió una popularidad que acabaría por convertirla en icono del diseño contemporáneo argentino. Por ello el estadounidense Edgard Kaufman Jr., curador del MOMA de Nueva York, adquirió dos sillas pagando únicamente 25 dólares por cada una. Una de ellas fue para la colección permanente del museo y otra para una de las casas de su padre, coleccionista de arquitectura, la famosa casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright.
La silla original consta de un esqueleto de acero tubular macizo de 12mm de espesor, formado por 2 bucles idénticos soldados que proporcionan el soporte al asiento. Estos 2 componentes metálicos están doblados con máquinas hidráulicas pero pulidas a mano para alcanzar un acabado contínuo. El asiento estaba hecho de una funda volada de cuero de bovino en tono natural y se sujeta de los extremos de la estructura. Esta funda se trataba con pinturas epoxi de cocción a alta temperatura y un posterior tratamiento superficial de protección. Su configuación recordaba a una forma abstracta de mariposa, de ahí su nombre: Butterfly.
Las medidas originales son: 71,5cm de ancho x 75cm de fondo x 93cm de alto y el asiento se eleva a 31,5cm del suelo. En cuanto a la ergonomía, su diseño no implica una postura ideal a la hora de sentare ya que impulsa a la persona a dejarse caer en el asiento, a recostarse como en una hamaca o a adoptar prácticamente una posición fetal, es decir, permite al usuario adoptar varias posiciones debido a su dinamismo estructural.
La silla integra la industria y la artesanía en un solo elemento, siendo uno de los fundamentos del modernismo. Con apenas dos materiales y una estructura muy simple de líneas contemporáneas y totalmente atemporal, la BKF aporta al espacio un objeto útil y muy decorativo siguiendo el principio de “la forma sigue a la función” asociado a la arquitectura y diseño moderno del siglo XX.
Hoy en día ningun fabricante tiene los derechos del diseño por lo que es una pieza libre en cuanto a su fabricación. Como precio orientativo existen piezas que rondan los 170€ en polipiel o nylon hasta unos 1000€ en piel. La silla Butterfly se puede adquirir en tiendas de diseño como Bd, Gunni & Trentino, Arkitektura, Sirvent, La Oca, Maisons du Monde, Vinçon o Retiro Mobiliario. Son piezas prácticamente idénticas a la original aunque sin mantener las medidas exactas. También pueden adquirirse por internet y se fabrican por todo el mundo (Argentina,Méjico, Francia, Italia,Alemania, España…).
Sara Prieto, alumna de IMADDE Insenia Design School Madrid.
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