El diseño de esta silla pertenece a Xavier Pauchard (1880 – 1948) nacido en Le Morvan, conocido como el corazón verde de Francia y por lo tanto con una gran tradición en el trabajo de la madera. Pese a ésto, Xavier, su padre y su abuelo, se dedicaban al techado en zinc.
En 1907, Pauchard descubrió que podía usar el zinc para la galvanización de los metales y así evitar su corrosión. Diez años más tarde fundó una fábrica de artículos de acero para el hogar la cual registró con el nombre de TOLIX en 1927. Poco después, en 1934 sacará al mercado el modelo A de la silla TOLIX, convirtiéndose en el referente de la estética industrial del siglo XX.
El primer modelo de silla A, la cual estaba destinada al uso en el exterior en terrazas de bares y restaurantes, pero tal fue el éxito de la silla, que pronto fábricas, hospitales y parques públicos estaban repletas de ellas. En 1937 la Exposición Universal de París llenó sus pasillos de sillas TOLIX.
La silla tuvo un contratiempo ya que los dueños de bares se quejaban de su diseño ya que no podían apilar bien las sillas lo que les ocasionaba grandes problemas a lo hora de almacenarlas. TOLIX no tardó en responder las demandas de sus clientes por lo que en 1956 se rediseñó la silla tal y como la conocemos hoy. Se fabricó una estructura más fina y ligera, lo que permitía apilar hasta 25 sillas en tan sólo 2,3 metros.
A finales de los años 50, ya con el hijo de Xavier al frente de la empresa, ésta contaba con más de 80 trabajadores que fabricaban 60.000 piezas al año. La silla nunca perdió popularidad en bares y cafés, lo que llevaba a las fábricas de cerveza a ofrecerlas gratis por la contratación de sus servicios.
La empresa perteneció a la familia Pauchard hasta 2004, cuando fue comprada por Chantal Andriot, ex-directora financiera de la empresa y reactivadora de la marca. Empezó a construir otros modelos con reposabrazos, taburetes y lo más importante y lo que ha llevado a la silla a una segunda juventud: más de 50 colores para elegir.
Actualmente la silla forma parte de las colecciones del MoMA de Nueva York, el Centro Pompidou de París y la colección de diseño de Vitra en Alemania, lo que nos indica su importancia y su calidad de diseño.
En los modelos antiguos son visibles las huellas del paso del tiempo, las patas son huecas e incluyen un taco de madera en su interior. El acabado exterior suele ser en rojo o en el color del acero natural, además, pueden incorporar una chapa con la fecha y el lugar de fabricación. En las sillas actuales podemos encontrar infinidad de barnices y lacados, y el taco de madera ha sido sustituido por otro de goma, y una inscripción en la parte trasera con el nombre de la empresa, lo que hace distinguir la original de las copias.
Los datos técnicos de la silla original son:
-altura: 850 milímetros
-longitud: 440 milímetros
-profundidad: 515 milímetros
-peso: 4.400 gramos
Si queremos hacernos con una de estas sillas nos moveremos en un gran rango de precios. Lo más asequible será una copia que encontraremos en infinidad de tiendas, la cual podemos adquirir desde los 30 hasta los 100 euros dependiendo de la calidad de las mismas.
Si queremos una silla TOLIX original las encontraremos en su web www.tolix.fr o bien a través de uno de sus distribuidores en España como pueden ser las páginas www.naharro.com o www.naluzmadrid.com. En este caso nos moveremos en una cifra entre los 250 y los 300 euros dependiendo del número de sillas que compremos.
Por último, si lo que buscamos es una silla de colección que no pierda valor en el mercado, deberemos buscarla en almonedas o anticuarios y su precio no bajará de los 400 euros dependiendo del estado de conservación y uso original.
Oscar Brizuela. Arquitecto Técnico y Diseñador de Interiores. Colaborador en Estudio CeroEspacio y en Cero Coma Ocho Interiorismo.
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